Hola compañer@s:
Hemos iniciado ya un nuevo curso,
¿qué tal habéis comenzado? Yo todavía no estoy centrada del todo, jeje, pero
bueno me queda poco para situarme y llevar el curso con fuerza y energía.
Este año he planteado varios
proyectos para trabajar desde el aula de Audición y Lenguaje durante todo el
curso escolar. Uno de estos proyectos se basa en el trabajo de las emociones básicas
y sentimientos algo más complejos que suelen experimentar de manera frecuente
el alumnado en esta etapa de infantil y primaria, siendo desconocidos para
muchos de ellos. Ya sabemos la importancia que tiene este trabajo a temprana edad, para que aprendan a conocer y gestionar sus propias
emociones, influyendo positivamente en el desarrollo intelectual, comunicativo
y social del niñ@.
El curso pasado comencé con la
gran mayoría a partir del cuento de “El monstruo de colores”, ya que esta
historia representa las emociones básicas, y con el alumnado del aula específica
a partir del juego de los “Emotiblocks”. Este curso con el alumnado de primaria
he decidido incluir nuevos sentimientos algo más complejos, y para ello voy a
utilizar el fantástico libro de “El Emocionómetro del Inspector Drilo”. Este
libro está genial porque trabaja la alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa,
asco, envidia, celos, vergüenza y amor a partir de diversas historias que debe investigar el
inspector Drilo, ofreciendo un estudio y análisis de la situación, la causa y la
consecuencia que ha generado una determinada emoción. Hoy he comenzado el
trabajo con uno de mis alumnos y le ha gustado mucho.
Como sabéis que me encanta
manipular cuentos y que no se queden simplemente sobre papel, este verano me he
encargado de preparar el material necesario para comenzar a trabajar las
emociones.
Una de mis pasiones es pintar
piedras y cada vez me voy perfeccionando un poquito más, así que decidí pintar
cada uno de los personajes que representan una emoción (los Emis), así como al
protagonista principal, el inspector Drilo, de manera que conforme leen la
historia y van descubriendo la emoción, manipulan las piedras correspondientes. También pinté una caja de madera para que estuvieran protegidos y bien guardados.
Las piedras están pintadas en su totalidad. Por delante nos encontramos con el inspector Drilo y los Emis, y por detrás aparecen sus nombres junto con la emoción que los caracteriza.
La facilidad que tiene este
libro, aparte de favorecer la motivación constante, es que dispone de un blog
donde te puedes descargar muchas fichas para trabajar. Os pongo el enlace a continuación: blog "El Emocionómetro del Inspector Drilo". Yo de momento me he descargado
una lámina temática, los personajes del libro para tener sus tarjetas y
diferentes expresiones faciales para reconocer sentimientos.
El libro contiene
una rueda de emociones que representan diferentes intensidades del estado
anímico. Yo he adaptado la ruleta, añadiendo velcros para relacionar los
personajes con su emoción.
Os recomiendo este libro si
queréis trabajar las emociones de una forma sencilla y amena.
Espero que os haya gustado y si
os encanta pintar piedras, os animo a que intentéis dibujar los personajes. A
los niños les chifla la experiencia de manipular el material a través de
piedras naturales.
Un saludo!!!
Virginia.
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