lunes, 24 de julio de 2017

SILABARIO FONÉTICO

Hola a tod@s:

Ya he terminado mi silabario fonético. Quería tener todos mis tapones de sílabas organizados porque en la caja estaban desordenados y a mis alumn@s y a mí nos costaba encontrar las sílabas. Luego las agrupé en bolsitas pero tampoco me convencía, así que al final he decidido hacer un panel con todas las sílabas. Aquí tenéis el resultado:


La imagen se ve pequeña pero quería que vierais como queda colgado a lo largo de la pared.

Os explico un poco cómo lo he hecho:

En folios de A3, he medido aproximadamente el espacio a tener en cuenta para colocar los tapones y en el borde superior y lateral izquierdo he dibujado las rayas para colocar los tapones modelos para formar las sílabas.
Para la articulación de las sílabas, he utilizado las bocas de Adryna, colocando debajo el tapón correspondiente. 
Primero pegamos las bocas, luego plastificamos y después pegamos las bases de los tapones.


La idea es plegar el silabario cuando no vayamos a utilizarlo. Para ello, entre los folios de A3, he puesto un recorte de folio de unos 3 cm para que facilite el doblez con los tapones. Los he conectado con celo.


Este silabario nos va a ofrecer múltiples usos para la lectura, escritura y conciencia fonológica. Yo principalmente lo usaré el curso que viene con las actividades que aparecen en otras entradas como:


Espero que os sea útil la idea.

Hasta luego!!!!

Virginia.

martes, 11 de julio de 2017

MANIPULANDO CUENTOS: ¿A QUÉ SABE LA LUNA?

Hola chic@s:

Deseo que vuestro inicio de verano esté siendo estupendo.

En la última entrada que hice, os presenté una manera de trabajar los cuentos que resultara entretenida para los niñ@s y en esta ocasión, quiero mostraros otro ejemplo de cómo seguir fomentando el lenguaje con la ayuda de estas historias tan maravillosas. Un cuento que conocéis la mayoría seguro es el clásico “¿A qué sabe la luna?” de Michael Grejniec, de la editorial Kalandraka. Esta es una historia de cooperación y de conseguir un objetivo con la ayuda de todos, por muy diversos que sean.


Para los que no conozcáis la historia, trata de unos animales curiosos que quieren descubrir a qué sabe la luna pero como está muy alta, les resulta imposible cogerla. Uno a uno van viniendo los diferentes animales de la historia y entre ellos, hacen una torre, siendo el ratoncito el que logra coger un pedazo de luna y le va dando un trocito a cada uno. Y… ¿a qué sabrá? Pues a lo que a cada uno más le gusta. Al final del cuento hay un pececito gracioso que no entiende tanto revuelo de coger la luna, si está ahí mismo al lado suya (el reflejo de la luna en el agua).

Para ello, he hecho el cielo con cartulina azul oscura y pegado la montaña con papel marrón. El agua que hay debajo con el pececito, se ha hecho aparte con cartulina azul más claro, de manera que se coloca al final de la historia. Para que fuera más largo el panel, he usado dos cartulinas azules oscuras pegadas con celo. Una vez plastificadas las cartulinas, se pega una tira de velcro para colocar posteriormente los animales. En mi caso, he pegado dos tiras de velcro para poner también los alimentos a los que les sabe cada animal.

La luna está hecha con cartulina negra, dando los toques blancos con tiza o lápiz blanco para que sea más real. Para poder reproducir la historia fielmente, la luna está recortada por una parte, de manera que ese trozo plastificado se pegue por detrás con velcro a su luna.


Basándome en una imagen que vi hace bastante tiempo en pinterest, una vez contada la historia, se colocan al lado los alimentos a los que supuestamente les saben  nuestros animales del cuento.

Conforme se lee o se cuenta la historia, el niñ@ va buscando los animales y colocándolos en la torre hasta llegar al final y coger el trozo de luna. A continuación debatimos sobre lo que comen estos animales y cuál puede ser su sabor, eligiendo el alimento más adecuado y pegándolo en la otra tira de velcro.


 


Con este cuento, trabajo muchos aspectos relacionados con el lenguaje como por ejemplo:
  • Coordinación óculo manual y motricidad fina a través de las imágenes y el velcro.
  • Atención y escucha del cuento.
  • Memoria de la serie de animales de la torre de forma ordenada.
  • Vocabulario de los animales.
  • Vocabulario de los alimentos y diversos sabores.
  • Conteo y seriaciones de animales.
  • Relaciones entre animales y lo que comen.
  • Imaginación al pensar en los diferentes sabores de la luna.
  • Narración de la historia.
  • Entonación y prosodia.

Espero que os haya gustado esta manera sencilla y económica de manipular vuestro cuento. En internet hay múltiples materiales para narrar esta historia, pero yo elegí esta manera por ser la más práctica para trabajar con mi alumnado, a la vez del reducido espacio para guardarlo después (cuando terminéis, con doblar las cartulinas por la cinta adhesiva y guardarlo en una carpeta de A4, os ahorráis el espacio, que en mi caso es muy reducido).

Si queréis los animales y sus alimentos, podéis descargarlos aquí.

En una próxima entrada os hablaré de la colección de cuentos que he ido comprando poco a poco para que os hagáis una idea de lo eficaz que puede resultar en nuestro trabajo logopédico diario.

Saluditos y a disfrutar del sol y del mar, o de la piscina para los que no lo tengan cerca!


Virginia.