lunes, 9 de agosto de 2021

CALENDARIO WALDORF A MI ESTILO

 

Hola compañeros/as:

Cada verano escribo mi lista de manualidades pendientes tanto para casa como para el colegio y desde el año pasado tenía muchas ganas de elaborar mi Calendario Waldorf. Antes que nada, quiero comentar que no conozco en profundidad ni la metodología Waldorf ni la de Montessori, pero sí que algunas cosas he visto en ocasiones que me han interesado mucho para ajustarlas a mi trabajo con los peques, y en este caso cuando vi cómo era un calendario de estas características, me llamó mucho la atención, tanto por el diseño tan atractivo que tiene, como por la posibilidad de facilitar en los niños/as el paso del tiempo. Este calendario es circular y muestra de forma sencilla los días, semanas, meses, estaciones y años, añadiendo progresivamente los elementos para que los niños/as sean más conscientes de cómo van avanzando los mismos y cómo se van repitiendo los ciclos. Mi interés por elaborar un calendario así surgió al ver la dificultad temporal que gran parte de mi alumnado tiene, incluso estando en avanzados cursos de primaria, así que al fin este verano me he puesto manos a la obra, realizando el calendario a mi estilo, adaptándolo a mi alumnado y los “trucos” que utilizamos para que vayan aprendiendo la secuencia de los días de la semana y los meses del año especialmente.

Al ver tanta variedad de calendarios por internet, se me ocurrió hacerlo un poco distinto, a través de piedras pintadas, una de mis pasiones desde hace varios años. Mi gran momento placentero de tranquilidad (aparte de estar en la playa leyendo un libro escuchando el mar) es: sentada en mi balcón al fresquito, pintando piedras, y mientras, escuchar la música que me transmita mi día y estado de ánimo. ¡Maravilloso!

Tenía claro que iba a ser con piedras, y la base tenía que ser circular. Como anteriormente en otro material utilicé la bandeja giratoria de Ikea (podéis echarle un vistazo pinchando aquí), pues la mejor opción seguía siendo esta bandeja giratoria de madera. Sobre la misma, pinté cuatro árboles que representan los colores de las estaciones del año, la primavera con colores rosados, verano con colores verdes, otoño anaranjados y marrones, e invierno azules y blancos. He utilizado pintura acrílica y bastoncillos de los oídos para cubrir la copa (mojar el algodón de los bastocillos y a pintar).



Para los días, cogí 31 piedrecitas y las pinté cada una de un color, sin seguir un criterio concreto.


La base de los meses del año las he pintado de color blanco para que resalten los dibujos característicos de cada uno de los meses. Por ejemplo, en la piedra de enero he dibujado los reyes magos, en febrero una máscara de carnaval, en marzo un árbol, en abril insectos del campo, en mayo una flor… En realidad, puedes pintar cualquier dibujo representativo de cada mes.


Para los días de la semana me he basado en las maneras con las que solemos enseñar a nuestro alumnado la serie. Cada día de la semana de un color, basándome en la canción que mi compañera del aula específica utiliza con su alumnado, que ya yo también me la he aprendido y uso mucho. “Lunes rojo, corre que te cojo. Martes amarillo, corre corre que te pillo. Miércoles verde, tú sí que tienes suerte…”. También he utilizado un dibujo que comience por la misma sílaba que el día de la semana en cuestión, aunque en algunas han sido los primeros sonidos. Lunes – luna, martes – martillo, miércoles – miel… Por último, he relacionado cada día con una figura geométrica. En realidad, aunque he incluido varias formas de relación, realmente lo que quiero es que alguna de ellas sirva de apoyo para que aprendan mejor estos días de la semana.


Esta preciosidad de calendario debe estar protegido y bien guardado, así que como yo guardo cajas de todo tipo, encontré en mi trastero una caja perfecta para poder guardarlo intentando también que tuviera la forma apropiada para que no se muevan demasiado las piedras una vez que se vayan colocando. Como el material completo tiene que quedar super mono, pues he pintado la caja con pintura, estando en la portada el árbol con todos los colores de las estaciones en él.



¿Cómo vamos a usar este calendario?

Tal y como he visto, en el cuenco central se suelen colocar las bolitas de los días o algunos elementos característicos del mes, pero yo le quiero dar otro uso. Este cuenco no es más que la cáscara de los helados de coco que se compran en el supermercado. Mi idea es que, al inicio del mes, el alumnado introduzca un papelito con un propósito o deseo que le gustaría cumplir ese mes. Tienen que ser propósitos o deseos a corto plazo, de manera que al final del mes, cojamos el papelito y comprobemos si se ha cumplido o se ha intentado conseguir aquello que estaba escrito. Es una idea que se me ha ocurrido, pero lo mismo cuando ya le empiece a dar uso, lo cambiamos o comprobamos si es factible o no.

Iremos colocando cada piedrecita del día en el punto correspondiente. Intentaremos que el día 1 esté cerca de la piedra del mes y la estación.

Los días de la semana se irán poniendo en la circunferencia más pequeña, la de color verde que simula la hierba. Cada día una piedra. Cuando termine la semana, volveremos a empezar.

Es cierto que el calendario original, tiene una señalización o algo que se coloca cuando termina una semana, para que los niños/as vean cómo aproximadamente un mes tiene cuatro semanas, pero en mi calendario no lo he contemplado.

Cada mes iremos añadiendo su piedra correspondiente, colocándola en el árbol de la estación.


Las piedras las he metido en saquitos de tela. Me he encontrado con un imprevisto. Al sacar las piedras de los sacos, algunas estaban pegadas y se ha llevado un poco de pintura en algunas piedras. No sé si ha ocurrido porque la pintura que tengo es de peor calidad, o por el calor, no me había ocurrido antes, así que las he tenido que retocar y quizás cuando las guarde de nuevo, las piedras más grandes las envuelva individualmente con papel de seda.

Si a alguien se le ocurre hacer este material de este modo, os anticipo que es muy entretenido y hay que tener mucha paciencia, pero el resultado es espectacular de bonito y creo que va a ser muy práctico para mi alumnado que ya está acostumbrado a trabajar a veces con piedras pintadas.

Espero que os haya gustado y os inspire para vuestras creaciones.

Un saludo y a seguir disfrutando el verano que ya nos va quedando menos.

Virginia.

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